4/1/16

Puta loca del carajo

Mamá, te quiero tanto, me da la sensación de estarte perdiendo.

Mamá ya no es la que era, me asusta hasta pensarlo, desde que anda con ese médico se ha transformado, parece que ya no me quiere, le hace más caso a él y a mi casi ni me mira, me siento muy solo y abandonado.

Mamá a veces tiene un carácter muy malo, se enfada conmigo a menudo y por lo menudo que soy me asusta que me pueda hacer daño y no pueda defenderme. Desde que el médico me trajo la silla de ruedas apenas me levanto. Mamá no me ayuda a zafarme de ella, permanezco días sentado hasta que viene Joe y la ayuda a ducharme y tumbarme y poco más, ahora toca esperar.

Mamá llora como una loca y me grita constantemente, me ata a la silla y a la cama y casi no me puedo mover, la odio, pero me da de comer y beber. Aún así estoy muy delgado, demasiado, noto como mis huesos se hunden en la cama como alfileres pinchando la ropa sin llegar a romperla y traspasar. Desde que el médico se ha convertido en mi camello particular mi madre me paga las drogas, me tiene sedado la mayor parte del día para que no diga ni mu, para que, según ella, no moleste.

Mamá me tiene miedo, se acerca a mi con un cuchillo, lo deja en la mesa, lo suficientemente lejos de mi y cerca de ella, me mira con ojos desencajados, no me brinda una caricia ni una sonrisa, no sabe cómo comportarse conmigo, la oigo decírselo al médico que me trajo a casa desde el centro en el que estuve ingresado 3 años. Le ha dicho cómo torturarme, del mismo modo que lo hacían en el centro, medidas de seguridad, según ellos, y hace bien, porque el día que tenga el mínimo descuido cojo el puto cuchillo y la rajo viva, llevo planeándolo los 3 años de ingreso y los 5 que llevo en casa de esta loca que no hace nada más que mírame con condescendencia y cara de pena. Es insoportable ver lo frágil que es y que sólo mirándola fijamente durante horas, se rompe ante mi a llorar. Qué ganas de que mire para otro lado y el cuchillo quede lo suficientemente cerca de mi y lejos de ella.


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