Soy una puerta que no se abre ni en un sentido ni en otro, ni de vaivén tipo cocina industrial, eléctrica automatizada pero ni sola ni acompañada, no me abro, lo decidí, no me abro.
Mandan, se envía y me llega la orden en forma de impulso, siento la necesidad natural , pero ya no obedezco, me cierro hermética de doble hoja, efecto aislamiento sin puente térmico.
No protejo lo que guardo, me protejo rompiendo cables de unión, cortocircuito en toda regla, de puerta semiblindada con doble seguridad asegurada y funcionamiento forzado a nada.
Me despuerto.